
Descripción General
La tricomoniasis es una infección de transmisión sexual (ITS) ampliamente extendida, pero con frecuencia subdiagnosticada, a pesar de su importancia clínica y epidemiológica. En las mujeres, la tricomoniasis puede provocar secreción vaginal con mal olor, picazón genital y micción dolorosa.Los hombres que tienen tricomoniasis, por lo general, no tienen síntomas. Las mujeres embarazadas que tienen tricomoniasis pueden correr un mayor riesgo de tener a sus bebés prematuramente.
Mecanismos De Producción
La tricomoniasis es causada por Trichomonas vaginalis, un protozoo flagelado que afecta el tracto urogenital humano. Es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes a nivel mundial, con una prevalencia estimada en millones de casos anuales, especialmente en países de bajos y medianos ingresos. A pesar de su alta incidencia, la tricomoniasis es frecuentemente ignorada en los programas de salud sexual, a diferencia de otras ITS como la gonorrea, la clamidia o el VIH.
El protozoo T. vaginalis es exclusivo de los humanos y se transmite principalmente a través del contacto sexual. Ocasionalmente, puede sobrevivir en superficies húmedas, lo que plantea un riesgo de transmisión indirecta, aunque esta ruta es rara. Afecta predominantemente a mujeres en edad reproductiva, pero también puede manifestarse en hombres, quienes a menudo son portadores asintomáticos.
Epidemiología y factores de riesgo
La tricomoniasis tiene una distribución global, con tasas de infección particularmente altas en regiones con acceso limitado a servicios de salud y educación sexual. Factores como el comportamiento sexual de alto riesgo, la falta de uso consistente de preservativos y la coexistencia de otras ITS aumentan significativamente el riesgo de infección. Además, se ha observado una mayor prevalencia en comunidades con desigualdades socioeconómicas y en mujeres afrodescendientes, lo que refleja las desigualdades en salud.
La infección también está asociada con complicaciones obstétricas, como parto prematuro, bajo peso al nacer y aumento en la susceptibilidad al VIH, lo que subraya su relevancia médica y social.
Patogénesis y presentación clínica
El mecanismo patogénico de T. vaginalis involucra la adherencia del parásito a las células epiteliales del tracto urogenital, donde causa daño celular directo y desencadena una respuesta inflamatoria. Esta inflamación es responsable de los síntomas característicos de la infección.
En mujeres, los síntomas incluyen:
- Flujo vaginal abundante, espumoso y de mal olor.
- Prurito y ardor vulvovaginal.
- Dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia).
- Molestias urinarias, como disuria.
En hombres, la infección puede ser asintomática o manifestarse como uretritis, prostatitis o epididimitis. La alta proporción de casos asintomáticos en ambos sexos dificulta su detección y control.
Diagnóstico
El diagnóstico de la tricomoniasis ha evolucionado significativamente gracias a los avances en tecnología diagnóstica. Entre los métodos disponibles se incluyen:
Microscopía directa: El examen de una muestra fresca de secreción vaginal o uretral bajo el microscopio es una técnica rápida, pero con sensibilidad limitada (50-60%).
- Cultivo microbiológico: Aunque más sensible que la microscopía, el cultivo requiere tiempo (hasta 7 días) y recursos.
- Pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (NAATs): Estas pruebas, consideradas el estándar de oro, son altamente sensibles y específicas, pero su costo puede ser prohibitivo en algunos contextos.
- Pruebas rápidas: Representan una alternativa viable en entornos con recursos limitados, aunque con menor sensibilidad comparada con las NAATs.
El diagnóstico oportuno es crucial no solo para el tratamiento efectivo, sino también para interrumpir la transmisión y prevenir complicaciones.
Complicaciones
A las mujeres embarazadas que tienen tricomoniasis les puede ocurrir lo siguiente:
- Dar a luz antes de tiempo (de forma prematura)
- Tener un bebé con bajo peso al nacer
- Transmitir la infección al bebé cuando este pasa por el canal de parto
Tener tricomoniasis causa irritación en la zona genital que puede facilitar el ingreso al cuerpo de otras infecciones de trasmisión sexual o su trasmisión a otras personas. La tricomoniasis también parece facilitar la infección con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
La tricomoniasis está asociada con un mayor riesgo de tener cáncer de próstata o del cuello del útero. Si no se trata, esta infección puede durar de meses a años.
Prevención
Al igual que con otras infecciones de trasmisión sexual, la única manera de prevenir la tricomoniasis es la abstinencia sexual. Para disminuir el riesgo, utiliza un preservativo interior o exterior cada vez que tengas relaciones sexuales.
Tratamiento
El tratamiento de elección para la tricomoniasis es el metronidazol o tinidazol, administrados por vía oral en una dosis única o en un esquema de varios días. Ambos medicamentos tienen una alta tasa de eficacia, aunque la resistencia a los nitroimidazoles, aunque rara, representa un desafío clínico emergente.
Es fundamental tratar a todas las parejas sexuales para prevenir la reinfección y promover el uso consistente de preservativos. En mujeres embarazadas, el tratamiento también está indicado para reducir el riesgo de complicaciones obstétricas.
Beber alcohol durante el tratamiento, y algunos días después de este, puede causar náuseas y vómitos intensos. No bebas alcohol en el plazo de las 24 horas posteriores al consumo de metronidazol, 48 horas después de tomar secnidazol o 72 horas después de tomar tinidazol.
Por lo general, tu proveedor de atención médica repetirá la prueba de tricomoniasis después del tratamiento. Una nueva prueba entre dos semanas y tres meses después del tratamiento puede comprobar si la infección desapareció y si no te volviste a infectar.
Incluso si ya recibiste un tratamiento para eliminar la tricomoniasis, puedes volver a contagiarte si estás en contacto con alguien infectado.
