El cáncer es un problema de salud pública con altos índices de mortalidad en todo el mundo porque, según la OMS, en el año 2012 fallecieron 8.2 millones de personas a causa de este padecimiento y se estima que para el año 2025 el número de muertes por esta causa llegará a 15.5 millones.
El sexo, la sexualidad y la intimidad son tan importantes para las personas con cáncer como lo son para las personas que no tienen cáncer. De hecho, se ha demostrado que la sexualidad y la intimidad ayudan a las personas que enfrentan el cáncer al ayudarlas a sobrellevar los sentimientos de angustia y a pasar por el tratamiento. No obstante, la realidad es que los órganos sexuales, el deseo sexual (impulso sexual o libido), la función sexual, el bienestar y la imagen corporal de una persona pueden verse afectados por el cáncer y su tratamiento. También pueden afectar la forma en que una persona muestra sexualidad.
Los problemas sexuales a menudo se desarrollan debido a los efectos secundarios físicos y psicológicos del cáncer y los tratamientos del cáncer. Posiblemente algunas cirugías y tratamientos tengan muy poco efecto sobre la sexualidad, el deseo sexual y la función sexual de una persona. Otros pueden afectar el funcionamiento de determinadas partes del cuerpo, cambiar los niveles hormonales o dañar la función nerviosa que puede causar cambios en la función sexual de una persona. Determinados tipos de tratamientos tienen efectos secundarios como cansancio, náuseas, problemas intestinales o de vejiga, dolor, problemas en la piel u otros cambios en la apariencia que podrían causar problemas con la sexualidad. Algunos problemas sexuales mejoran o desaparecen con el tiempo; sin embargo, otros son duraderos y pueden ser de por vida.
Problemas sexuales por el tratamiento del cáncer
Durante el tratamiento o después de que termine puede haber cambios por el cáncer o su tratamiento. Estos cambios podrían desaparecer o ser permanentes. Cada hombre es diferente.
Es más probable que haya efectos físicos del tratamiento con tratamientos que afecten sus órganos sexuales directamente. Por ejemplo, el tratamiento del cáncer de próstata, cáncer de vejiga o cáncer testicular tiene más probabilidades de afectar su capacidad física de tener sexo que algunos otros tratamientos. Pero los tratamientos de otros cánceres, como la leucemia, pueden hacerlo sentirse cansado o enfermo. Esto puede llevar a que tenga poco interés en el sexo.
Los efectos secundarios pueden incluir los siguientes:
• Menos interés en el sexo
• Dificultad para lograr una erección o mantener una el tiempo suficiente como para tener sexo con penetración. Otros nombres para este problema son “disfunción eréctil” y “DE”
• Eyaculación prematura, que es tener un orgasmo antes de que lo desee
• Orinar (hacer pipí) durante un orgasmo
• Tener un orgasmo “seco” sin salida de semen. Esto puede ocurrir si el semen retrocede a la vejiga en lugar de salir del pene
• Dolor durante las relaciones sexuales
Si tiene alguno de estos problemas antes del tratamiento, informe a su equipo de atención médica. Si ellos conocen sus problemas, podrán ayudar a prevenir que los problemas empeoren. Informe también al equipo de atención médica acerca de problemas nuevos o cambios en sus síntomas.
Antes de la cirugía o el tratamiento
Antes de la cirugía y otros tratamientos, los pacientes y sus parejas necesitan saber sobre los posibles cambios que podrían afectar una determinada parte del cuerpo, o sus órganos sexuales, la sexualidad y la función sexual. Tener estas conversaciones por adelantado puede ayudarle a saber qué debe esperar. Sin embargo, algunos estudios muestran que no muchos pacientes con cáncer recuerdan haber sido informados sobre los riesgos sexuales antes de la cirugía o tratamiento. Hacer preguntas y obtener respuestas francas puede crear la oportunidad para conversaciones de seguimiento que resulten en la toma de decisiones fundamentadas durante todo el proceso del cáncer.
Durante el tratamiento
Puede que tenga inquietudes sobre la intimidad y la actividad sexual durante el tratamiento, o bien puede que note cambios. Es importante seguir hablando con su equipo de atención médica a medida que avanza en la fase del tratamiento. O bien, si no habló sobre la sexualidad antes de la cirugía o el tratamiento, puede comenzar a hablar al respecto durante las visitas del tratamiento, aún si su médico o enfermera no plantean el tema. Incluya a su pareja, si se siente cómodo haciéndolo. Recuerde, si su equipo de atención médica no sabe sobre un problema que está teniendo, no puede ayudarle a manejarlo.
Después del tratamiento
Es posible que las personas que han terminado el tratamiento contra el cáncer tengan problemas persistentes con la sexualidad, y algunos de ellos podrían durar toda la vida. Estos problemas también pueden afectar las relaciones. Asegúrese de seguir informando los problemas y de hacer preguntas durante las visitas de seguimiento. Si su equipo de atención médica ya no está a cargo de su cuidado, asegúrese de que quienes le brindan atención médica estén al tanto de los problemas que ha tenido, lo que le ha ayudado o no y otros problemas que podrían surgir.
Cuidados paliativos
Los cuidados paliativos pueden ayudar a abordar la sexualidad y otros problemas de calidad de vida. Pida a los miembros del equipo de cuidados paliativos que le ayuden a manejar los problemas sexuales. Este equipo de profesionales puede ayudar a manejar los síntomas en cualquier momento, desde el momento del diagnóstico, durante y después del tratamiento en las personas que viven con una enfermedad grave, como el cáncer.
Al final de la vida
La sexualidad continúa siendo importante para muchas personas con cáncer avanzado y para aquellas cuyo tratamiento ha dejado de funcionar. Es importante seguir hablando sobre la sexualidad y los problemas sexuales con el equipo de atención médica que está a cargo del cuidado en la etapa final de la vida.