Descripción General
La diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos metabólicos cuya característica común principal es la presencia de concentraciones elevadas de glucosa en la sangre de manera persistente o crónica, debido ya sea a un defecto en la producción de insulina, a una resistencia a la acción de ella para utilizar la glucosa, a un aumento en la producción de glucosa o a una combinación de estas causas. También se acompaña de anormalidades en el metabolismo de los lípidos, proteínas, sales minerales y electrolitos.
Las afecciones de diabetes crónica comprenden diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2. Las afecciones de diabetes potencialmente reversibles incluyen prediabetes y diabetes gestacional. La prediabetes ocurre cuando tus niveles de glucosa sanguínea son más altos de lo normal, pero no lo suficientemente altos como para clasificarlos como diabetes. Y la prediabetes es a menudo la precursora de la diabetes a menos que se tomen las medidas adecuadas para prevenir la progresión. La diabetes gestacional ocurre durante el embarazo, pero puede resolverse después del nacimiento del bebé.
¿Cómo afecta la diabetes mellitus a la sexualidad?
La disfunción sexual relacionada con esta endocrinopatía incluye cambios fisiopatológicos que van desde cambios psicológicos, secreción de andrógenos, función de las células endoteliales y actividad de los nervios periféricos y del músculo liso. Estos últimos factores guardan una estrecha relación entre las complicaciones a largo plazo y la disfunción sexual en mujeres y hombres. La relación entre la edad, tiempo de evolución de la diabetes y complicaciones a largo plazo no pueden predecir las disfunciones en la mujer, como sí lo hacen en el hombre. Un resumen de cómo la diabetes puede afectar la sexualidad:
- Disfunción eréctil (DE) en hombres: La diabetes puede aumentar el riesgo de disfunción eréctil, que es la dificultad para lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales satisfactorias. Esto se debe a que la diabetes puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios que son necesarios para una erección saludable. El control inadecuado del azúcar en sangre puede agravar este problema.
- Cambios en la lubricación vaginal en mujeres: Las mujeres con diabetes pueden experimentar sequedad vaginal debido a la afectación de los nervios y los vasos sanguíneos que suministran sangre a los órganos sexuales. Esto puede causar molestias o dolor durante el sexo.
- Problemas de libido: La diabetes y sus complicaciones pueden llevar a cambios en el deseo sexual. Algunas personas pueden experimentar una disminución en el deseo sexual, mientras que otras pueden no verse afectadas en este aspecto.
- Problemas de orgasmo: La diabetes puede influir en la capacidad de una persona para alcanzar el orgasmo. Algunas personas pueden tener dificultades para alcanzar el orgasmo, mientras que otras pueden experimentar un orgasmo más rápido de lo deseado.
- Infecciones genitales: Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de infecciones genitales, como la candidiasis vaginal (infección por hongos) en mujeres y la balanitis (inflamación del glande) en hombres. Estas infecciones pueden causar molestias y afectar la vida sexual.
- Imagen corporal y autoestima: Las complicaciones de la diabetes, como la neuropatía o los cambios en la piel, pueden influir en la imagen corporal y la autoestima, lo que a su vez puede afectar la confianza en la intimidad sexual.
Es importante destacar que una gestión adecuada de la diabetes puede ayudar a minimizar estos problemas sexuales. Aquí hay algunas estrategias para abordar los efectos de la diabetes en la sexualidad:
- Control del azúcar en sangre: Mantener un control adecuado del azúcar en sangre es fundamental para prevenir o reducir los problemas sexuales relacionados con la diabetes. Esto implica seguir las pautas de tratamiento y las recomendaciones de un médico o un endocrinólogo.
- Medicamentos y tratamientos específicos: En casos de disfunción eréctil u otros problemas sexuales, se pueden recetar medicamentos o tratamientos específicos, como inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (como el sildenafil, tadalafilo o vardenafilo) para la DE en hombres.
- Lubricantes y tratamientos tópicos: Las mujeres con sequedad vaginal pueden utilizar lubricantes o tratamientos tópicos para aliviar el malestar durante las relaciones sexuales.
- Comunicación abierta: Hablar abiertamente con la pareja sobre los cambios en la sexualidad debido a la diabetes es importante para mantener una relación saludable y apoyarse mutuamente.
- Asesoramiento y terapia sexual: En algunos casos, puede ser útil buscar la ayuda de un terapeuta sexual o consejero para abordar preocupaciones sexuales relacionadas con la diabetes.
En resumen, la diabetes puede tener un impacto en la sexualidad, pero con un manejo adecuado y la búsqueda de orientación médica y psicológica, muchas personas pueden seguir teniendo una vida sexual satisfactoria. La comunicación abierta con el equipo de atención médica y la pareja es esencial para abordar los desafíos sexuales relacionados con la diabetes.
Mecanismos de Producción
Tipo 1: Se desconoce la causa exacta de la diabetes tipo 1. Lo que sí se sabe es que tu sistema inmunitario, que normalmente combate las bacterias o los virus dañinos, ataca y destruye las células que producen insulina en el páncreas. Esto te deja con muy poca insulina, o sin insulina. En lugar de ser transportada a tus células, el azúcar se acumula en tu torrente sanguíneo.
Se cree que el tipo 1 es causado por una combinación de susceptibilidad genética y factores ambientales, aunque todavía no está claro cuáles son esos factores. No se cree que el peso sea un factor en la diabetes tipo 1.
Prediabetes y diabetes tipo 2: En la prediabetes —que puede provocar diabetes tipo 2— y en la diabetes tipo 2, las células se vuelven resistentes a la acción de la insulina, y el páncreas no puede producir la cantidad suficiente de insulina para superar tal resistencia. En lugar de pasar a tus células donde se necesita como fuente de energía, el azúcar se acumula en tu torrente sanguíneo.
No se sabe con certeza por qué sucede esto exactamente, aunque se cree que los factores genéticos y ambientales desempeñan un papel decisivo en el desarrollo de la diabetes tipo 2. El sobrepeso está estrechamente relacionado con el desarrollo de la diabetes tipo 2, pero no todas las personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso.
Diabetes gestacional: Durante el embarazo, la placenta produce hormonas para apoyar el embarazo. Estas hormonas hacen que tus células se vuelvan más resistentes a la insulina.
Normalmente, tu páncreas responde produciendo una cantidad suficiente de insulina adicional para superar esta resistencia. Pero algunas veces, el páncreas no puede seguir el ritmo. Cuando esto sucede, en tus células ingresa demasiado poca glucosa y en tu sangre permanece demasiada cantidad de glucosa, lo cual da lugar a la diabetes gestacional.
Factores de Riesgo
Los factores de riesgo de la diabetes dependen del tipo de diabetes.
Factores de riesgo para la diabetes tipo 1
Aunque se desconoce la causa exacta de la diabetes tipo 1, los factores que pueden indicar un mayor riesgo incluyen los siguientes:
• Antecedentes familiares
• Factores ambientales (exposición a una enfermedad viral)
• La presencia de células del sistema inmunitario que causan daños (autoanticuerpos).
• Ubicación geográfica. Ciertos países, como Finlandia y Suecia, presentan índices más altos de diabetes tipo 1.
Factores de riesgo para la prediabetes y la diabetes tipo 2
• Peso (mientras más tejido graso tengas, más resistentes serán tus células a la insulina).
• Inactividad
• Antecedentes familiares
• Raza o grupo étnico (personas negras, hispanas, los indígenas estadounidenses y asiático-americanas, corren un mayor riesgo).
• Edad (el riesgo aumenta con la edad)
• Diabetes gestacional
• Síndrome de ovario poliquístico
• Presión arterial alta
• Niveles anormales de colesterol y de triglicéridos
Factores de riesgo para la diabetes gestacional
Las embarazadas pueden desarrollar diabetes gestacional. Algunas mujeres presentan un mayor riesgo que otras. Algunos de los factores de riesgo de la diabetes gestacional son:
• Edad (mujeres mayores de 25 años presentan un riesgo mayor)
• Antecedentes familiares o personales
• Peso
• Raza o grupo étnico (mujeres de origen afroamericano, hispánico, indígena estadounidense o asiático son más propensas a desarrollar diabetes gestacional)
Diagnóstico
Los síntomas de la diabetes varían según cuánto se eleve tu nivel de glucosa sanguínea. Es posible que algunas personas, en especial las que padecen prediabetes o diabetes tipo 2, no experimenten síntomas. En el caso de la diabetes tipo 1, los síntomas tienden a aparecer rápido y a ser más intensos.
Algunos de los signos y síntomas de la diabetes tipo 1 y tipo 2 son:
• Aumento de la sed
• Micción frecuente
• Hambre extrema
• Pérdida de peso sin causa aparente
• Presencia de cetonas en la orina (las cetonas son un subproducto de la descomposición de músculo y grasa que ocurre cuando no hay suficiente insulina disponible)
• Fatiga
• Irritabilidad
• Visión borrosa
• Llagas que tardan en cicatrizar
• Infecciones frecuentes, como infecciones en las encías o en la piel, e infecciones vaginales
Aunque la diabetes tipo 1 puede aparecer a cualquier edad, suele aparecer en la infancia o en la adolescencia. La diabetes tipo 2 (el tipo más frecuente) puede aparecer a cualquier edad, aunque es más común en personas mayores de 40 años.
Complicaciones
• Retinopatía diabética.
• Neuropatía diabética.
• Nefropatía diabética.
• Angiopatía diabética.
• Mastopatía diabética.
• Pie diabético.
Prevención
Está demostrado que hay medidas simples relacionadas con el modo de vida que resultan eficaces para prevenir o retrasar la aparición de la diabetes de tipo 2. Para ayudar a prevenir este tipo de diabetes y sus complicaciones, conviene: conseguir un peso corporal saludable y mantenerse en él; realizar al menos 30 minutos de ejercicio físico de intensidad moderada la mayoría de los días, aunque quizá se requiera más ejercicio para controlar el peso; seguir un régimen alimentario saludable, sin azúcar ni grasas saturadas; y no consumir tabaco, pues fumar eleva el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Tratamiento
Tanto en la diabetes tipo 1 como en el tipo 2, como en la gestacional, el objetivo del tratamiento es restaurar los niveles glucémicos normales. En la diabetes tipo 1 y en la diabetes gestacional se aplica un tratamiento sustitutivo de insulina o análogos de la insulina. En la diabetes tipo 2 puede aplicarse un tratamiento sustitutivo de insulina o análogos, o bien, un tratamiento con antidiabéticos orales.
Para determinar si el tratamiento está dando resultados adecuados se realiza una prueba llamada hemoglobina glucosilada (HbA1c o A1c). Una persona No-diabética tiene una HbA1c < 6 %. El tratamiento debería acercar los resultados de la A1c lo máximo posible a estos valores en la DM-1.
Para conseguir un buen control de la diabetes mellitus, en todos sus tipos, es imprescindible la educación terapéutica en diabetes que impartida por profesionales sanitarios (médicos, nutricionistas, enfermeras o farmacéuticos) persigue el adiestramiento de la persona con diabetes y de las personas cercanas a ella, para conseguir un buen control de su enfermedad, modificando los hábitos que fuesen necesarios, para el buen seguimiento del tratamiento.
Intervenciones en el estilo de vida
Los principales factores ambientales que incrementan el riesgo de diabetes tipo 2 son la ingesta excesiva de alimentos y una forma de vida sedentaria, con el consiguiente sobrepeso y obesidad.
Efectuando estos cambios de estilo de vida, gozará de beneficios para su salud, como, por ejemplo:
• Bajar el nivel de glucosa en la sangre y la presión arterial.
• Bajar el nivel de colesterol LdL (colesterol malo) y aumentar el nivel de colesterol HdL (colesterol bueno)
• Mejorar la capacidad del cuerpo para usar la insulina.
• Mantener las articulaciones flexibles y con esto reducir el riesgo de caídas.
• Ayuda a bajar de peso y así se reduce la cantidad de grasa corporal.
• Se aumenta la energía y se reducen los niveles de estrés.
Alimentación saludable (Dieta). Contrariamente a la creencia popular, no existe una dieta específica para la diabetes. Tendrás que seguir una dieta con más frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales (alimentos que son muy nutritivos y ricos en fibra, y con bajo contenido de grasa y calorías) y reducir el consumo de grasas saturadas, hidratos de carbono refinados y dulces. De hecho, es el mejor plan alimenticio para toda la familia. Está bien consumir alimentos con azúcar cada tanto, siempre que se los cuente como parte del plan de alimentación.
Aun así, entender qué comer y en qué cantidades puede ser un desafío. Un dietista matriculado puede ayudarte a armar una dieta acorde a tus objetivos de salud, preferencias alimentarias y estilo de vida. Es probable que comprenda el recuento de hidratos de carbono, en especial, si tienes diabetes tipo 1 o te aplicas insulina como parte del tratamiento.
Actividad física. Todos necesitamos hacer ejercicio aeróbico con frecuencia, y las personas que tienen diabetes no son la excepción. El ejercicio disminuye el nivel de glucosa en la sangre porque la transporta a las células, donde se la utiliza para producir energía. El ejercicio también aumenta la sensibilidad a la insulina, lo que significa que el organismo necesita menos insulina para transportar la glucosa a las células.
Consigue la aprobación del médico antes de hacer ejercicio. Después, elige actividades que disfrutes, como caminar, nadar o andar en bicicleta. Lo más importante es que la actividad física sea parte de tu rutina diaria.
Trata de hacer al menos 30 minutos de ejercicio aeróbico la mayoría de los días de la semana o 150 minutos de actividad física moderada a la semana. Los períodos de actividad pueden ser de solo 10 minutos, tres veces al día. Si no has hecho actividad durante un tiempo, comienza despacio y aumenta progresivamente. También es una buena idea evitar estar sentado mucho tiempo; trata de levantarte y moverte si has estado sentado por más de 30 minutos.
Medicamentos. Las personas que tienen diabetes tipo 1 necesitan una terapia con insulina para sobrevivir. Muchas personas que tienen diabetes tipo 2 o diabetes gestacional también necesitan tratamiento con insulina.
Existen muchos tipos de insulina disponibles, entre ellos, la insulina de corta acción (regular), la de acción rápida, la de acción prolongada y otras opciones intermedias. Según lo que necesites, el médico puede recetarte una combinación de tipos de insulina para usar a lo largo del día y de la noche.
En ocasiones, también se recetan otros medicamentos por vía oral o con inyecciones. Algunos medicamentos contra la diabetes estimulan el páncreas para que produzca y libere más insulina. Otros inhiben la producción y la liberación de glucosa del hígado, lo que significa que necesitarás menos insulina para transportar la glucosa a las células.
Otros incluso bloquean la acción del estómago o de las enzimas intestinales que se encargan de la descomposición de los hidratos de carbono, o hacen que los tejidos estén más sensibles a la insulina. La metformina (Glumetza, Fortamet u otros) es, por lo general, el primer medicamento que se receta para la diabetes tipo 2.
Se puede indicar otra clase de medicamentos llamados inhibidores de SGLT2. Estos evitan que los riñones reabsorban la glucosa en la sangre. En lugar de esto, la glucosa se excreta en la orina.