Descripción General
El deseo sexual hiperactivo o la conducta sexual compulsiva, a veces, recibe el nombre de «hipersexualidad», «trastorno de hipersexualidad» o «adicción sexual». Es una preocupación excesiva por fantasías, impulsos o conductas sexuales que es difícil de controlar, provoca angustia o afecta, de manera negativa, la salud, el trabajo, las relaciones u otros aspectos de la vida.
La conducta sexual compulsiva puede comprender una variedad de experiencias sexuales normalmente agradables. Los ejemplos son la masturbación, el cibersexo, múltiples parejas sexuales, el consumo de pornografía o pagar por sexo. Cuando estas conductas sexuales se transforman en un elemento esencial de tu vida, son difíciles de controlar y son disruptivas o perjudiciales para ti o para los demás, pueden considerarse conductas sexuales compulsivas.
Esta condición también puede afectar la sexualidad y la calidad de vida de una persona de varias maneras:
- Interferencia en la vida diaria: El deseo sexual hiperactivo puede ser tan abrumador que consume gran parte del tiempo y la energía de una persona, lo que puede interferir con las responsabilidades laborales, sociales y familiares.
- Comportamientos sexuales riesgosos: Las personas con hipersexualidad pueden participar en comportamientos sexuales riesgosos, como tener múltiples parejas sexuales sin protección, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS) y otras consecuencias negativas para la salud.
- Conflictos en las relaciones: La hipersexualidad puede generar conflictos en las relaciones íntimas, ya que una persona puede sentirse presionada para satisfacer su deseo sexual constante o puede tener dificultades para mantener una relación monógama.
- Angustia emocional: Aunque pueda parecer contradictorio, algunas personas con hipersexualidad pueden experimentar angustia emocional debido a su deseo sexual incontrolable. Esto puede incluir sentimientos de culpa, vergüenza o frustración.
- Problemas de concentración: El deseo sexual hiperactivo puede hacer que sea difícil para una persona concentrarse en otras áreas de su vida, lo que puede afectar el funcionamiento en el trabajo o en la escuela.
- Agotamiento físico y emocional: La búsqueda constante de satisfacción sexual puede agotar tanto física como emocionalmente a una persona con hipersexualidad.
Mecanismos de Producción
Las causas de este desorden pueden ser de distinta índole, tales como un desequilibrio de las sustancias químicas naturales del cerebro, cambios en las vías cerebrales como en las adicciones, ciertas enfermedades o problemas de salud, como la epilepsia y la demencia, pueden provocar daños a las partes del cerebro que controlan la conducta sexual; así, como algunos medicamentos (agonistas de dopamina).
Factores de Riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de tener una conducta sexual compulsiva comprenden:
• Facilidad de acceso a contenido sexual. Los avances tecnológicos y de las redes sociales permiten el acceso a una cantidad cada vez mayor de información e imágenes de contenido sexual intenso.
• Privacidad. La discreción y la privacidad de las actividades sexuales compulsivas tienden a permitir que estos problemas empeoren con el tiempo.
• Personas con problemas de abuso de drogas o alcohol.
• Otra enfermedad de salud mental, como el trastorno del estado de ánimo (depresión o ansiedad) o la adicción al juego.
• Conflictos familiares o miembros de la familia con problemas, como la adicción.
• Antecedentes de abuso sexual o maltrato físico.
Diagnóstico
Algunos indicios de que podrías estar luchando contra una conducta sexual compulsiva comprenden los siguientes:
• Tienes fantasías, conductas sexuales e impulsos intensos y recurrentes que te consumen mucho tiempo y sientes que no puedes controlar.
• Te sientes atraído a mantener ciertas conductas sexuales, después sientes una liberación de tensión, pero también sientes culpa o remordimiento.
• Has intentado reducir o controlar tus fantasías, impulsos y conductas sexuales sin éxito.
• Usas la conducta sexual compulsiva para escapar de otros problemas, como la soledad, la depresión, la ansiedad o el estrés.
• Continúas teniendo conductas sexuales que tienen consecuencias graves, como la posibilidad de contraer o contagiar una infección de transmisión sexual, la pérdida de relaciones importantes, problemas en el trabajo, complicaciones económicas o problemas legales.
• Tienes problemas para establecer y mantener relaciones saludables y estables.
Complicaciones
• Problemas de culpa, vergüenza y baja autoestima.
• Otros trastornos de salud mental, como depresión, suicidio, angustia intensa y ansiedad.
• Descuido de las relaciones de pareja y familia.
• Poner en riesgo el empleo.
• Deudas financieras por la compra de pornografía y el pago de servicios sexuales.
• VIH, hepatitis u otra infección de transmisión sexual o le contagies una infección de transmisión sexual a otra persona.
• Consumo de sustancias no saludables, como el abuso de drogas recreativas o el consumo excesivo de alcohol.
• Arresto por delitos sexuales.
Prevención
• Buscar ayuda pronto para los problemas de conducta sexual.
• Buscar tratamiento pronto para los trastornos de salud mental (depresión o la ansiedad).
• Identificar problemas de alcoholismo y abuso de drogas, y buscar ayuda.
• Evitar situaciones de riesgo (prácticas sexuales riesgosas).
Tratamiento
El tratamiento de la conducta sexual compulsiva generalmente comprende psicoterapia 9 cognitiva conductual, aceptación y compromiso y psicodinámica), medicamentos (antidepresivos, Naltrexona, estabilizadores del estado de ánimo y antiandrógenos) y grupos de autoayuda. Un objetivo principal del tratamiento es ayudarte a controlar los impulsos y a reducir los excesos en la conducta mientras mantienes actividades sexuales saludables.
Si tienes una conducta sexual compulsiva, es posible que también necesites tratamiento para otro trastorno de la salud mental. Las personas con conductas sexuales compulsivas suelen tener problemas de alcoholismo o abuso de drogas u otros problemas de salud mental, como ansiedad o depresión, que requieren tratamiento.
Las personas con otras adicciones o problemas graves de salud mental o que representan una amenaza para los demás pueden beneficiarse al principio con un tratamiento hospitalario. Ya sea hospitalario o ambulatorio, el tratamiento puede ser intenso al comienzo. Y es posible que sientas que un tratamiento periódico y continuo a lo largo de los años es útil para prevenir recaídas.