Descripción General
La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias, que son grandes vasos por los que circula la sangre en el organismo. Se considera que la persona presenta hipertensión cuando su tensión arterial es demasiado elevada.
De la tensión arterial se dan dos valores: el primero es la tensión sistólica y corresponde al momento en que el corazón se contrae o late, mientras que el segundo, la tensión diastólica, representa la presión ejercida sobre los vasos cuando el corazón se relaja entre un latido y otro.
Para establecer el diagnóstico de hipertensión se han de tomar mediciones dos días distintos y en ambas lecturas la tensión sistólica ha de ser superior o igual a 140 mmHg y la diastólica superior o igual a 90 mmHg.
¿Cómo afecta la hipertensión arteriala la sexualidad?
Si bien afecta principalmente al sistema cardiovascular, puede tener varios efectos sobre la salud sexual y la sexualidad:
1. Disfunción eréctil (en hombres): la presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos y reducir el flujo sanguíneo en todo el cuerpo, incluido el pene. Esto puede provocar disfunción eréctil, que es la incapacidad de lograr o mantener una erección suficiente para la actividad sexual. La disfunción eréctil relacionada con la hipertensión suele deberse a una combinación de factores físicos y psicológicos.
2. Reducción de la libido (deseo sexual): la hipertensión y sus complicaciones asociadas pueden provocar una disminución del deseo sexual o de la libido. Esto puede verse influenciado por las limitaciones físicas y el estrés emocional asociados con la afección.
3. Efectos secundarios de los medicamentos: muchos de los medicamentos utilizados para controlar la presión arterial alta pueden tener efectos secundarios que afectan la salud sexual. Algunos efectos secundarios comunes incluyen reducción del deseo sexual, disfunción eréctil y dificultad para alcanzar el orgasmo. Es importante discutir cualquier inquietud relacionada con los medicamentos con su proveedor de atención médica.
4. Ansiedad y estrés: Vivir con hipertensión puede ser estresante, ya que las personas pueden preocuparse por su salud y las posibles consecuencias de una presión arterial alta no controlada. Esta ansiedad y estrés pueden afectar negativamente el deseo y el rendimiento sexual.
5. Factores del estilo de vida: La presión arterial alta a menudo se asocia con factores del estilo de vida como mala alimentación, falta de ejercicio, tabaquismo y consumo excesivo de alcohol. Estos factores también pueden afectar la salud sexual y el bienestar general.
6. Salud cardiovascular: la hipertensión es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares, incluida la aterosclerosis. Estas condiciones pueden afectar el flujo sanguíneo en todo el cuerpo, provocando dificultades sexuales, como disfunción eréctil.
Aún no se comprende bien el efecto de la presión arterial alta sobre los problemas sexuales en las mujeres. Pero es posible que la presión arterial alta les afecte la vida sexual.
La presión arterial alta puede reducir el flujo sanguíneo a la vagina y puede disminuir los niveles de óxido nítrico, una sustancia química que ayuda a relajar los músculos lisos. En algunas mujeres, esto puede causar:
● Disminución del deseo sexual o la excitación
● Dificultad para alcanzar el orgasmo
● Sequedad vaginal
Usar lubricación y averiguar formas de mejorar la excitación puede ayudar. Al igual que los hombres, las mujeres pueden tener ansiedad y problemas de relación debido a la disfunción sexual.
Mecanismos de Producción
Muchos factores pueden afectar la presión arterial, incluso:
● La cantidad de agua y de sal que usted tiene en el cuerpo
● El estado de los riñones, el sistema nervioso o los vasos sanguíneos
● Sus niveles hormonales
Si es más propenso a que le digan que su presión arterial está demasiado alta a medida que envejece. Esto se debe a que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con la edad. Cuando esto sucede, la presión arterial se eleva. La hipertensión arterial aumenta la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal o muerte prematura.
Se tiene un riesgo más alto de sufrir hipertensión arterial si:
● Es afroamericano
● Es obeso
● Con frecuencia está estresado o ansioso
● Toma demasiado alcohol (más de 1 trago al día para las mujeres y más de 2 al día para los hombres)
● Consume demasiada sal
● Tiene un antecedente familiar de hipertensión arterial
● Tiene diabetes
● Fuma
La mayoría de las veces no se identifica ninguna causa de presión arterial alta. Esto se denomina hipertensión esencial.
La hipertensión causada por otra afección o por un medicamento que esté tomando se denomina hipertensión secundaria. Esta puede deberse a:
● Enfermedad renal crónica
● Trastornos de las glándulas suprarrenales (como feocromocitoma o síndrome de Cushing)
● Hiperparatiroidismo
● Embarazo o preeclampsia
● Medicamentos como las píldoras anticonceptivas, pastillas para adelgazar, algunos medicamentos para el resfriado, medicamentos para la migraña, corticosteroides, algunos antipsicóticos y ciertos medicamentos utilizados para tratar el cáncer
● Estrechamiento de la arteria que irriga sangre al riñón (estenosis de la arteria renal)
● Apnea obstructiva del sueño (AOS)
Factores de Riesgo
Entre los factores de riesgo modificables figuran las dietas malsanas (consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans e ingesta insuficiente de frutas y verduras), la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol y el sobrepeso o la obesidad.
Por otro lado, existen factores de riesgo no modificables, como los antecedentes familiares de hipertensión, la edad superior a los 65 años y la concurrencia de otras enfermedades, como diabetes o nefropatías.
Diagnóstico
La mayoría de personas hipertensas ignoran que lo son, pues la enfermedad no siempre va acompañada de síntomas o signos de alerta, por lo que se dice que mata silenciosamente. Por tanto, es muy importante medir la tensión arterial periódicamente.
Pueden presentarse síntomas como cefaleas matutinas, hemorragias nasales, ritmo cardiaco irregular, alteraciones visuales y acufenos. La hipertensión grave puede provocar cansancio, náuseas, vómitos, confusión, ansiedad, dolor torácico y temblores musculares.
La única manera de detectar la hipertensión es recurrir a un profesional sanitario para que mida nuestra tensión arterial. Se trata de un proceso rápido e indoloro que también podemos hacer nosotros mismos con un aparato automático, si bien es importante que un profesional valore el riesgo existente y los trastornos asociados.
Las mediciones de la presión arterial se clasifican en varias categorías:
Presión arterial normal. Tu presión arterial es normal si se encuentra por debajo de 120/80 mm Hg.
Presión arterial elevada. La presión arterial elevada es una presión sistólica de 120 a 129 mm Hg y una presión diastólica por debajo (no por encima) de 80 mm Hg. La presión arterial elevada tiende a empeorar con el tiempo, a menos que se tomen medidas para controlarla. La presión arterial elevada también puede llamarse prehipertensión.
Hipertensión de etapa 1. La hipertensión de etapa 1 es una presión sistólica que oscila entre 130 y 139 mmHg o una presión diastólica que oscila entre 80 y 89 mm Hg.
Hipertensión de etapa 2. La hipertensión de etapa 2, que es una hipertensión más grave, es una presión sistólica de 140 mm Hg o superior, o una presión diastólica de 90 mm Hg o superior.
Crisis hipertensiva. Una presión arterial superior a los 180/120 mm Hg es una situación de emergencia que requiere atención médica de urgencia. Si tienes este resultado cuando tomas tus medicamentos para la presión arterial en casa, espera algunos minutos y vuelve a hacer la prueba. Si tu presión arterial todavía sigue alta, comunícate con tu médico de inmediato. Si también tienes dolor en el pecho, problemas de visión, entumecimiento o debilidad, problemas para respirar o algún signo o síntoma de un accidente cerebrovascular o ataque cardíaco, llama al 911 o al número médico de emergencia local.
Pronostico
La mayoría de las veces, la presión arterial alta se puede controlar con medicamentos y cambios en el estilo de vida.
Cuando la presión arterial no está bien controlada, usted está en riesgo de:
● Sangrado de la aorta, el vaso sanguíneo grande que irriga el abdomen, la pelvis y las piernas
● Enfermedad renal crónica
● Ataque al corazón e insuficiencia cardíaca
● Riego sanguíneo deficiente a las piernas
● Problemas con la visión
● Accidente cerebrovascular
Complicaciones
Entre otras complicaciones, la hipertensión puede producir daños cardíacos graves. El exceso de presión puede endurecer las arterias, con lo que se reducirá el flujo de sangre y oxígeno que llega al corazón. El aumento de la presión y la reducción del flujo sanguíneo pueden causar:
● Dolor torácico (angina de pecho).
● Infarto de miocardio, que se produce cuando se obstruye el flujo de sangre que llega al corazón y las células del músculo cardíaco mueren debido a la falta de oxígeno. Cuanto mayor sea la duración de la obstrucción, más importantes serán los daños que sufra el corazón.
● Insuficiencia cardíaca, que se produce cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre y oxígeno a otros órganos vitales.
● Ritmo cardiaco irregular, que puede conllevar la muerte súbita.
● La hipertensión puede también causar la obstrucción o la rotura de las arterias que llevan la sangre y el oxígeno al cerebro, lo que provocaría un accidente cerebrovascular.
Asimismo, puede causar daños renales que generan una insuficiencia renal.
Prevención
● Reducir la ingesta de sal (a menos de 5 g diarios)
● Consumir más frutas y verduras
● Realizar actividad física con regularidad
● No consumir tabaco
● Reducir el consumo de alcohol
● Limitar la ingesta de alimentos ricos en grasas saturadas
● Eliminar/reducir las grasas trans de la dieta
Tratamiento
Cambiar el estilo de vida puede ayudar a controlar la presión arterial alta. Es posible que el médico te recomiende hacer cambios en el estilo de vida, que incluyen:
● Seguir una dieta saludable para el corazón con menos sal
● Hacer actividad física con regularidad
● Mantener un peso saludable o bajar de peso, si tienes sobrepeso u obesidad
● Limitar la cantidad de alcohol que bebes
No obstante, a veces, los cambios en el estilo de vida no son suficientes. Si la dieta y el ejercicio no ayudan, tu médico puede recomendarte medicamentos para bajar la presión arterial.
Medicamentos
El tipo de medicamento que el médico te recete para la presión arterial alta depende de tus rangos de presión arterial y de la salud general. Dos o más medicamentos para la presión arterial suelen funcionar mejor que uno solo. A veces, hallar el medicamento o la combinación más eficaz es una cuestión de prueba y error.
El objetivo del tratamiento de la presión arterial debería ser menos de 130/80 mm Hg en los siguientes casos:
● En un adulto sano de 65 años o más.
● Un adulto sano menor de 65 años con un riesgo del 10 por ciento o más de padecer una enfermedad cardiovascular en los próximos 10 años.
● Padecer una enfermedad renal crónica, diabetes o una enfermedad de las arterias coronarias.
Los medicamentos que se utilizan para tratar la presión arterial alta incluyen los siguientes:
Diuréticos. Los diuréticos son medicamentos que ayudan a los riñones a eliminar el sodio y el agua del cuerpo. Estos medicamentos suelen ser los primeros que se prueban para tratar la presión arterial alta.
Existen diferentes tipos de diuréticos, como tiazídicos, de asa y ahorradores de potasio. El que te recomiende el médico depende de las mediciones de tu presión arterial y de otras afecciones de la salud, como una enfermedad renal o una insuficiencia cardíaca. Los diuréticos utilizados comúnmente para tratar la presión arterial incluyen la clortalidona, la hidroclorotiazida (Microzide), entre otros.
Un efecto secundario común de los diuréticos es el aumento de la orina, que podría reducir los niveles de potasio. Si tienes un nivel bajo de potasio, tu médico puede incorporar a tu tratamiento un diurético ahorrador de potasio, como el triamtereno (Dyazide y Maxide) o la espironolactona (Aldactone).
Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA). Estos medicamentos, como el lisinopril (Prinivil y Zestril), el benazepril (Lotensin), el captopril y otros, ayudan a relajar los vasos sanguíneos al bloquear la formación de una sustancia química natural que los estrecha.
Antagonistas de receptores de la angiotensina II. Estos medicamentos relajan los vasos sanguíneos al bloquear la acción, y no la formación, de una sustancia química natural que los estrecha. Los antagonistas de receptores de la angiotensina II incluyen el candesartán (Atacand), el losartán (Cozaar) y otros.
Bloqueadores de los canales de calcio. Estos medicamentos, incluidos la amlodipina (Norvasc), el diltiazem (Cardizem, Tiazac y otros), entre otros, ayudan a relajar los músculos de los vasos sanguíneos. Algunos disminuyen la frecuencia cardíaca. Los bloqueadores de los canales de calcio quizás funcionen mejor que los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina por sí solos para las personas con ascendencia africana y las de mayor edad.
No comas ni bebas productos de pomelo cuando tomes bloqueadores de los canales de calcio. El pomelo aumenta los niveles en sangre de ciertos bloqueadores de los canales de calcio, lo que puede ser peligroso. Habla con el médico o con el farmacéutico si tienes inquietudes acerca de las interacciones.
Otros medicamentos que se suelen administrar para tratar la presión arterial alta
Si tienes problemas para alcanzar tu objetivo de presión arterial con las combinaciones de los medicamentos mencionadas anteriormente, es posible que el médico indique lo siguiente:
Alfabloqueadores. Estos medicamentos reducen las señales nerviosas hacia los vasos sanguíneos, lo que disminuye los efectos de las sustancias químicas naturales que estrechan los vasos sanguíneos. Los alfabloqueadores incluyen la doxazosina (Cardura), la prazosina (Minipress) y otros.
Alfabetabloqueadores. Los alfabetabloqueadores bloquean las señales nerviosas y disminuyen los latidos del corazón para reducir la cantidad de sangre que se bombea a través de los vasos sanguíneos. Los alfabetabloqueadores incluyen el carvedilol (Coreg) y el labetalol (Trandate).
Betabloqueadores. Estos medicamentos reducen la carga sobre el corazón y ensanchan los vasos sanguíneos para que el corazón lata con menor frecuencia y sin hacer tanto esfuerzo. Los betabloqueadores incluyen el acebutolol, el atenolol (Tenormin) y otros.
Por lo general, no se recomiendan los betabloqueadores como medicamento único, pero pueden ser eficaces en combinación con otros medicamentos para la presión arterial.
Antagonistas de la aldosterona. Estos medicamentos también se consideran diuréticos. Algunos ejemplos son la espironolactona y la eplerenona (Inspra). Estos medicamentos bloquean el efecto de un químico natural que puede ocasionar la acumulación de sal y líquidos, lo cual contribuye a la aparición de presión arterial alta. Se pueden utilizar para tratar la hipertensión resistente.
Inhibidores de la renina. El medicamento aliskiren (Tekturna) disminuye la producción de la renina, una enzima producida por los riñones y que comienza una cadena de etapas químicas que aumentan la presión arterial.
Debido a que existe un riesgo de que se presenten complicaciones graves, que incluyen el accidente cerebrovascular, no se debe tomar aliskiren con inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o antagonistas de receptores de angiotensina II.
Vasodilatadores. Estos medicamentos incluyen la hidralazina y el minoxidil. Actúan directamente sobre los músculos de las paredes arteriales, y evitan que se tensen tales músculos y se estrechen las arterias.
Agentes de acción central. Estos medicamentos evitan que el cerebro emite señales al sistema nervioso para aumentar la frecuencia cardíaca y estrechar los vasos sanguíneos. Algunos ejemplos son la clonidina (Catapres y Kapvay), la guanfacina (Intuniv) y la metildopa.
Efectos secundarios sexuales de los medicamentos para la presión arterial alta
Algunos medicamentos para la presión arterial alta pueden afectar el deseo o la función sexual.
Diuréticos. Los diuréticos pueden reducir el flujo de sangre al pene, lo que dificulta tener una erección. También puede hacer que el cuerpo se quede sin zinc, que es necesario para fabricar la hormona sexual testosterona.
Betabloqueadores. Estos medicamentos, especialmente los betabloqueadores más antiguos como propranolol (Inderal, Innopran XL), se asocian comúnmente con la disfunción sexual.
Tomar los medicamentos exactamente como se recetan puede ayudar a bajar el riesgo de tener efectos secundarios, como los problemas sexuales. Si eso no funciona, habla con tu médico acerca de otros posibles medicamentos que puedan tener menos efectos secundarios.
Medicamentos con menos probabilidades de producir efectos secundarios sexuales
Si tomas medicamentos para la presión arterial y tienes efectos secundarios sexuales, habla con el médico acerca de tus opciones. Algunos medicamentos para la presión arterial alta son menos propensos a causar problemas con el deseo y la función sexual. Por ejemplo, cambiar a un nuevo tipo de betabloqueantes mejora los síntomas en algunos hombres y algunas mujeres.
Si tu médico dice que está bien, podrías dejar de tomar los medicamentos para la presión arterial por un corto período para ver si mejora algún síntoma sexual. Durante este período, es posible que tengas que tomarte la presión arterial con frecuencia en casa para asegurarte de que se mantenga en un rango seguro.
Asegúrate de decirle al médico cuáles son todos los medicamentos que tomas, incluso los suplementos herbarios y los medicamentos de venta libre. A veces, los suplementos o una combinación particular de medicamentos o suplementos pueden causar problemas sexuales.
Medicamentos para el tratamiento de la disfunción eréctil y la presión arterial alta
Los hombres que consideren tomar medicamentos para la disfunción eréctil, deben consultar con el médico primero. Los medicamentos para la disfunción eréctil incluyen sildenafil (Viagra), vardenafil (Levitra, Staxyn) y tadalafil (Cialis). Las pastillas se consideran generalmente seguras para los hombres con presión arterial alta que, por lo demás, gozan de buena salud.
Los medicamentos para la disfunción eréctil no se recomiendan para hombres con enfermedad cardiovascular grave o para hombres con presión arterial alta que tienen dificultades para orinar o tienen otros problemas de las vías urinarias inferiores. Nunca tomes medicamentos para la disfunción eréctil con nitrato, ya que se usan para tratar el dolor en el pecho. Tomar este medicamento puede causar un peligroso aumento de la presión arterial.