CICLO DE LA RESPUESTA SEXUAL

La respuesta sexual humana se caracteriza por una secuencia bien definida de etapas que se pueden expresar de forma diferente en el hombre y en la mujer. Para cada una de estas etapas existen una serie de cambios psicológicos y fisiológicos. En 1966, Masters y Johnson, hicieron un estudio en el que filmaron y observaron más de 10.000 actos con el fin de describir de forma científica y objetiva los cambios físicos que se producían durante la actividad sexual.

Ellos describieron cuatro etapas o fases en el ciclo de respuesta sexual, determinada por dos procesos fisiológicos fundamentales: la contracción de los músculos en los genitales y el flujo de sangre a los vasos sanguíneos de una zona determinada.

La fase 1: Excitación. Esta fase puede durar desde algunos minutos hasta varias horas y los cambios fisiológicos se producen ante la estimulación sexual, bien de tipo psicológico (fantasías o pensamientos) o físicos (caricias):

• Se aumenta la tensión muscular.
• Se acelera el ritmo del corazón y la respiración.
• Aparece rubor (enrojecimiento) en la piel, en forma de manchas rojas en el pecho y en la espalda.
• Los pezones de endurecen o se ponen erectos.
• Se incrementa el flujo de la sangre a los genitales, lo que hace que se hinchen el clítoris y los labios vaginales interiores de la mujer. El útero se eleva, tirando de la vagina y haciéndola más voluminosa. En el hombre se produce la erección del pene, la piel del escroto se tensa y aumenta de grosor, y los testículos se sitúan más arriba del escroto.
• Empieza la lubricación vaginal en la mujer.
• Los senos de la mujer se vuelven más llenos, y las paredes vaginales empieza a hincharse. Aparece el rubor sexual en los senos.
• Los testículos del hombre se hinchan, su escroto se contrae y empieza a segregar un líquido lubricante (este líquido lubricante es parte del semen y contiene espermatozoides. Si la mujer no desea un embarazo, debe protegerse, aunque todavía no haya ocurrido la eyaculación).

La fase 2: La meseta (o plateau). Es el período entre la excitación inicial hasta el punto del orgasmo. En general se mantiene la estimulación sexual. Se produce un incremento de la tensión sexual con elevados niveles de vasocongestión y miotínia.

• La vagina sigue hinchándose, debido al incremento del flujo de la sangre y las paredes vaginales toman un tono rojo oscuro.
• El clítoris de la mujer se vuelve muy sensible, hasta el punto de que el contacto puede producirle dolor y se retrae bajo el capuchón del clítoris para evitar la estimulación directa del pene. El rubor sexual de ambos se difunde al pecho, al abdomen, a la cara, etc.
• Los testículos del hombre aumentan de tamaño, la cabeza del pene aumenta de diámetro y el glande intensifica su color. Se produce la emisión (la salida) del líquido seminal.
• La respiración, el ritmo del corazón y la presión arterial siguen aumentando.
• Se aumenta la tensión muscular y los espasmos musculares pueden empezar en los pies, en la cara y en las manos.

La fase 3: Orgasmo o el clímax. Es la fase más corta, y por lo regular dura sólo unos segundos. Se produce cuando la estimulación alcanza su máximo nivel. Desde el punto de vista psicológico es el momento más placentero.

• Empiezan las contracciones musculares involuntarias. En la mujer, se producen contracciones rítmicas de la vagina. El útero se contrae al mismo ritmo de las contracciones vaginales. En los hombres, las contracciones rítmicas de la próstata y del pene se producen más rápidamente y resultan en la eyaculación del semen. Van decreciendo en intensidad y en frecuencia después de las primeras emisiones.
• La presión arterial, el rimo cardíaco y la frecuencia de la respiración están en su mayor intensidad.
• Se producen espasmos musculares en los pies.
• Hay una poderosa y repentina liberación de la tensión sexual.
• El “rubor sexual” puede aparecer en todo el cuerpo.

La fase 4: Resolución. Es la pérdida progresiva de la tensión sexual y la vuelta al estado previo a la fase de excitación. Suele durar entre 15 y 30 minutos.

• Durante la resolución, desaparecen los espasmos musculares y el cuerpo regresa lentamente a su nivel de funcionamiento normal. Las partes que se hincharon o que tuvieron erección vuelven a su tamaño y a su color previos.
• En las mujeres desparecen el rubor y la hinchazón de los pezones y de los senos y el clítoris recupera su posición. En los hombres, luego de la eyaculación, la erección desaparece progresivamente. El rubor desaparece inmediatamente después del orgasmo.
• El esfuerzo anterior deja cubiertos de sudor a los dos miembros de la pareja.
• Algunas mujeres, si reciben en este momento más estímulo sexual, pueden regresar con rapidez a la fase del orgasmo y pueden experimentar orgasmos múltiples. Los hombres necesitan un tiempo de recuperación después del orgasmo, llamado “período refractario”, durante el cual no pueden llegar de nuevo al orgasmo. La duración de este período varía de un hombre a otro y generalmente se alarga con la edad.
• Esta fase se caracteriza por una sensación de bienestar, de intimidad más estrecha entre los dos y a menudo fatiga.