¿Por qué nos equivocamos tanto en el amor?
Walter Riso, psicólogo cognitivo, con una experiencia de más de 60.000 horas de consulta clínica, expone por qué nos equivocamos y sufrimos por amor, y cómo dejar de sufrir. Responde a preguntas sobre ¿Por qué soportamos malas relaciones de parejas? ¿Por qué no somos capaces de olvidar? ¿Qué es declararse en huelga afectiva? ¿Cuál es el secreto para que las parejas funcionen bien? ¿Cuáles son los límites del amor?
Walter Riso nació en Italia (Nápoles). Es Doctor en psicología, especialista en Terapia Cognitiva y Magister en Bioética. Hace treinta años trabaja como psicólogo clínico y formador de terapeutas, práctica que alterna con el ejercicio de la cátedra universitaria en Latinoamérica y España, y la publicación de textos científicos y de divulgación, en diversos medios.
Ha publicado 30 libros entre textos técnicos y de divulgación. Sus obras han sido traducidas a más de 20 idiomas, entre otros: chino, holandés, alemán, italiano, catalán, griego, esloveno, alemán e inglés. Actualmente reside entre Europa y América latina.
En una ocasión, un samurái fuerte y corpulento fue a ver a un pequeño monje, el cual vivía en una pagoda retirada en medio de las montañas.
-Monje- dijo con el tono de quien está acostumbrado a la obediencia inmediata– enséñame acerca del cielo y el infierno.
Sin levantarse del lugar donde se encontraba sentado, el monje observó de arriba abajo al poderoso guerrero, dirigió luego la mirada a las cimas nevadas distantes, y le respondió con profundo desprecio.
-¿Enseñarte a ti acerca del cielo y el infierno? No te podría enseñar nada. Eres orgulloso y vanidoso, hueles mal, y tu espada está oxidada. Eres un desgraciado, una vergüenza para los otros samuráis. Apártate de mi vista. No puedo soportar esto.
El samurái se puso furioso ante tal irreverencia. Se crispó, se le encendió el rostro y enmudeció de rabia. Dando un paso para delante desenvainó la espada y la levantó sobre él, preparándose para dar muerte al monje de un solo golpe.
-Eso es el infierno- dijo entonces tranquilamente el monje.
El samurái se quedó desconcertado. La compasión y entrega de ese pequeño hombre, dispuesto a ofrecer su vida para darle esa enseñanza y mostrarle el infierno, le conmovió.
Lentamente fue bajando la espada, lleno de gratitud y de respeto, sintiéndose repentinamente muy tranquilo.
-Y eso, es el cielo- dijo el monje apaciblemente.
La inteligencia emocional es un concepto que se refiere a la capacidad de una persona para reconocer, comprender, gestionar y utilizar sus propias emociones, así como para reconocer, comprender e influir en las emociones de los demás. Fue popularizado por el psicólogo y autor Daniel Goleman en su libro "Inteligencia Emocional" en 1995 y desde entonces ha sido ampliamente estudiado y discutido en el campo de la psicología y la educación.
La inteligencia emocional se basa en la idea de que nuestras emociones desempeñan un papel fundamental en nuestra vida cotidiana y en nuestras interacciones sociales. Se compone de varios componentes clave:
- Conciencia emocional: La capacidad de reconocer y comprender tus propias emociones, así como las emociones de los demás. Esto implica estar en sintonía con tus sentimientos y ser capaz de expresarlos de manera adecuada.
- Autocontrol emocional: La capacidad de gestionar tus emociones de manera efectiva. Esto implica la regulación de las reacciones emocionales impulsivas y la capacidad de mantener la calma en situaciones estresantes. La fabula del el samurái y el monje es un ejemplo de éste componente.
- Motivación emocional: La capacidad de dirigir tus emociones hacia metas y objetivos productivos. Esto implica utilizar las emociones como fuente de motivación y energía para lograr lo que te propones.
- Empatía: La capacidad de comprender y sentir empatía por las emociones de los demás. Esto implica la habilidad de ponerse en el lugar de otra persona y comprender sus sentimientos y perspectivas.
- Habilidades sociales: La capacidad de relacionarse y comunicarse efectivamente con los demás. Esto implica ser competente en la gestión de relaciones interpersonales, resolver conflictos y trabajar en equipo.
La inteligencia emocional es importante en la vida personal y profesional, ya que puede influir en las relaciones, la toma de decisiones, la resolución de problemas y el bienestar emocional. Las personas con una alta inteligencia emocional tienden a tener una mayor capacidad para afrontar el estrés, construir relaciones sólidas y alcanzar el éxito en diversos ámbitos de la vida. Además, la inteligencia emocional se puede desarrollar y mejorar a lo largo del tiempo a través de la educación y la práctica.
El esfingomanómetro, también conocido como tensiómetro o tensiómetro aneroide, es un dispositivo médico utilizado para medir la presión arterial de una persona. Su historia se remonta al siglo XIX. A lo largo de la historia, la medición de la presión arterial se realizaba de manera rudimentaria, principalmente mediante métodos invasivos como la punción de arterias. No fue sino hasta el siglo XIX que se comenzaron a desarrollar dispositivos no invasivos para medir la presión arterial.
En 1881, Samuel Siegfried Karl Ritter von Basch, un médico austriaco, inventó el "esfigmomanómetro" de mercurio. Este dispositivo utilizaba una columna de mercurio para medir la presión arterial y fue un importante avance en la medición no invasiva de la presión sanguínea.
A medida que avanzaba el siglo XX, se realizaron mejoras en los esfigmomanómetros. El mercurio, a pesar de su precisión, presentaba riesgos para la salud y el medio ambiente, por lo que se buscaron alternativas. Se desarrollaron esfigmomanómetros aneroides, que utilizan una cápsula metálica en lugar de mercurio para medir la presión. Estos dispositivos eran más portátiles y seguros.
A finales del siglo XX, se introdujeron los esfigmomanómetros digitales, que utilizan tecnología electrónica para medir y mostrar la presión arterial. Estos dispositivos son más fáciles de usar y no requieren el mantenimiento asociado con los dispositivos de mercurio y aneroides.
En la actualidad, los esfigmomanómetros digitales son ampliamente utilizados en entornos médicos y hogareños. La tecnología ha seguido avanzando, lo que ha permitido la creación de dispositivos más compactos, precisos y fáciles de usar. Además, la conectividad con dispositivos móviles y la capacidad de almacenar datos han mejorado la monitorización de la presión arterial a largo plazo.
En resumen, el esfigmomanómetro ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo, pasando de dispositivos que utilizaban mercurio a los modernos dispositivos digitales, lo que ha mejorado la precisión y la seguridad de la medición de la presión arterial.
El vello púbico: ¿arreglarlo o no?
- Oct 30, 2023
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